lunes, 28 de diciembre de 2015

Carta a mi Hijo

Carta a mi hijo…
Hola hijo,
Hoy te escribo desde un lugar donde las estrellas se ven un poco más cerca  y la luna no es opacada por el resplandor de las luces de la ciudad.
Esta noche, solo una estrella habita el inmenso cielo y sus brillantes no merman, al contrario, resplandece y su autoridad se nota en su maravilloso resplandor.
Así tienes que ser tú… Como una estrella que brilla por sí misma  y no lo hace por voluntad de otra, a pesar de estar sola  en el infinito cielo, “sigue firme y no desfallece.”
Sabes, No permitas que nadie penetre tu alma, ni que tus emociones dependan de terceras personas, nosotros como humanos necesitamos coexistir y para ello necesitamos de personas que estén dispuestas a amar y a entregar igual que nosotros.
Por tal motivo, enamórate, el amor es como una sonrisa que jamás desaparece porque le da vida y significado al alma.
No ofrezcas amor como en un mercado, podría salir muy herido, tampoco te aproveches de la indefensión o vulnerabilidad aparente de las mujeres, se fiel, justo, respetuoso, sincero, tolerante, digno de poder amar sin límites o barreras.
Mira no rompas nunca el silencio sino tienes algo hermoso para decir, - porque hijo mío, la ira es nuestro peor enemigo, es como un animal salvaje que jamás podrá ser domado, “Es  mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras -  Shakespeare. “
Es seguro que habrá tribulación en la vida, en la de todos hay.
Confía, cree, y sobre todo ten fe, aquella que ve lo invisible, cree lo increíble y recibe lo imposible.
Hay personas que dicen que no creen en nada y viven como ovejas sin pastor, aquellas ovejas sirven de comida a lobos que se sacian del dolor y se alimentan del sufrimiento. Cuídate de esas personas simplemente querrán destruirte.
Perdóname, por no hacer las cosas bien, perdóname por cada palabra que es como látigo que castiga tu pequeña alma.
Perdóname porque mi voz se elevó tan alto que oprimió tu ser. Confía en que te amo y te amare siempre…
No permitas que la corriente de la sumisión, de la opresión y la inequidad te arrastren.
Procura siempre perseguir ideales, ideales de libertad, libertad que solo el conocimiento pueda darte.
Investiga y encontraras, lee y entenderás, no permitas que la inercia y la inconsciencia de la sociedad te consuman.
Tampoco permitas que el fuego de la esperanza se extinga…
Más bien, libérate de tus prisiones de dominación; sueña, siempre te he dicho que el límite para tus sueños son los cielos.
…descubre que hay detrás de la cortina de la ignorancia, no se trata de saberlo todo, claro que no, porque un gran sabio dijo una vez, “Todo lo que se, se lo debo a mi ignorancia y solo sé que nada se.”
Hijo, se trata de que hay un mundo donde los sueños se hacen realidad, un mundo donde la fe mueve montañas, un mundo donde el viento de la sabiduría tocara tu puerta cuando estés listo para recibirla.
Un hombre hace 50 años tuvo un sueño, un sueño que buscaba la libertad y la unión de las razas, que a pesar de que no tenemos  el mismo color de piel si tenemos el mismo color de sangre y ese sueño hoy es la libertad de muchos.
Todos los hombres somos  iguales ante Dios, es tan real como tu corazón.
Hoy tengo un sueño, que tú navegues por océanos de virtud y dignidad, acampes cuando llegue la tempestad y te cubras de ella porque a lo largo de tu vida, procuraras obrar por sendas de justicia.
Abrazaras el amor,  valoraran  tus sueños como ave que lucha contra el impetuoso viento,  que a pesar  de tener pequeñas alas y débiles plumas, no desmaya, porque cree y sabe que llegara a un lugar seguro donde se sacudirá, descansara y seguirá, jamás te rindas porque podrías caer, confió en que no cometerás mis mismos errores, porque dirás, no seré como padre.
No permitas que tus ojos te engañen y  que tus oídos te confundan, no todo lo que ves es cierto y no todo lo que lo escuchas es verdad.
Descubre por ti mismo, no vivas las experiencias de los demás, no temas enfrentarte a lo desconocido, no temas vivir, porque cuando mires al cielo, encontraras las respuestas.
Rompe las cadenas de la opresión. Que la libertad te toque como suave viento, que la justicia viva en tu presencia y que camines por las sendas de la sabiduría…